30 abril 2010

GRACIAS, PERO SÓLO A UNOS CUANTOS

Recupero el hábito de escribir después de meses de ausencia y lo hago aprovechando que el CE Sabadell se despedirá de la afición este domingo frente al Alicante CF en uno de aquellos partidos que la RFEF haría bien en eliminar del calendario. Más allá de este primer detalle, pienso en los motivos para no fallar a la cita este domingo y la verdad sólo me vienen a la cabeza un par. En primer lugar porqué es una manera como otra cualquiera para pasar un par de horas de domingo. Ahí queda eso. Y el segundo motivo, el de verdad, porqué será un buen momento para rendir homenaje a quienes sí saben lo que significa defender la camiseta arlequinada y el escudo del CE Sabadell como merece esta centenaria entidad.

Aún con riesgo de ser injusto, concretamente pienso en dos nombres: David Pirri y, sobre todo, Jaume Berlanga. Del primero hay poco más que añadir. Más allá de resultados, se le debe reconocer que cogió el equipo haciendo un favor personal al presidente, en un momento jodido y que durante semanas nos hizo soñar con las eliminatorias de ascenso y la Copa del rey, aunque es cierto que finalmente no se ha logrado ni un objetivo, ni el otro.

Capítulo al margen merece Jaume Berlanga. De verdad, lo suyo es de monumento. Profesional como pocos, sacrificado como ya no quedan y, sobre todo, honrado. Adjetivo que escasea en el mundo del fútbol actual. A Jaume hay que agradecerle todo. Con él -ahora que parece claro que el del domingo será su último partido en la Nova Creu Alta- se va uno de los últimos héroes de Mallorca. Uno de los últimos recuerdos presentes de aquella plantilla que sacó al Sabadell de Tercera ahora hace cuatro temporadas y devolvió el orgullo casi perdido a una afición que pensó no poder haber caído más abajo en su autoestima. Y todo eso siendo siempre fiel a si mismo. Siendo siempre Jaume. Que no es poco. Se lo merece.

Sinceramente, aunque pueda parecer poco motivo, el domingo no debería faltar nadie. Y a parte, no nos engañemos. Ahora todo esto sobra, pero en tres semanas, cuando se no haya pasado el ‘calentón’, echaremos de menos el fútbol y estaremos deseando que sea agosto para que vuelva a rodar la pelotita y nos volvamos a ver todos en Collsuspina, Manlleu o Sant Pere Molanta.

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